miércoles, 3 de diciembre de 2008

EMBRIOLOGIA HUMANA

La embriología humana es la parte de la embriología que estudia la formación y desarrollo del embrión y del feto en la especie humana.
Se encuadra, junto con la anatomía, dentro de las ciencias morfológicas y es materia de estudio dentro de la medicina.
Comprende el estudio de los nueve meses de gestación, desde su concepción hasta su forma final antes del parto.












EMBRIOGENESIS HUMANA




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Se denomina embriogénesis al proceso de división y diferenciación celular que se inicia tras la fecundación de los gametos para dar lugar al embrión, en las primeras fases de desarrollo de los seres vivos pluricelulares. En el ser humano este proceso dura unas ocho semanas, momento a partir del cual el producto de la concepción acaba su primera etapa de desarrollo y pasa a denominarse feto.

Estudios de embriología humana de Leonardo da Vinci.
Contenido[ocultar]
1 Primer mes
1.1 Semana 1
1.2 Semana 2
1.3 Semana 3
1.4 Semana 4
2 Segundo mes
3 Véase también
4 Bibliografía
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Primer mes

Semana 1

Formación de la mórula a partir de las primeras mitosis celulares.
El proceso de embriogénesis comienza cuando se produce la fecundación: el espermatozoide (gameto masculino) atraviesa la membrana celular del óvulo o gameto femenino, fusionándose sus núcleos y dando lugar al cigoto, la primera célula, con la dotación genética completa, a partir de la cual se desarrollará el embrión.
A partir de ese momento sucesivas mitosis van dando lugar a nuevas células denominadas blastómeras. En torno al tercer día existen 16 blastómeras y el conjunto pasa a denominarse mórula. Las sucesivas divisiones posteriores van dando lugar a dos grupos diferenciados de células: uno interno, denominado masa celular interna (vestigio del embrión propiamente dicho) y una masa celular externa, que dará lugar posteriormente al trofoblasto.
Durante la primera semana las fimbrias de la trompa de Falopio van empujando al producto de la concepción hacia la cavidad uterina. Hacia el sexto día comienza la nidación, cuando la mórula atraviesa la pared interna del útero o endometrio y se implanta, habitualmente en la pared anterior o posterior del útero. Durante la implantación la masa celular interna se coloca en un polo de la mórula y deja una cavidad que se rellena de líquido entre ella y el trofoblasto. A partir de ese momento la masa celular interna se denomina blastocisto y la cavidad recibe el nombre de blastocele.

En torno al sexto día la masa celular interna se desplaza a un extremo y pasa a denominarse blastocisto. El espacio relleno de líquido alrededor se denomina blastocele. 1. Blastocele 2. Trofoblasto 3. Corona pelúcida 4. Blastocisto
Al final de la primera semana el trofoblasto presenta dos capas de células: la más externa se denomina sincitiotrofoblasto y la más interna citotrofoblasto. En el blastocisto se identifica una capa de células en la región ventral que se conoce como hipoblasto.

Semana 2




A partir de la segunda semana el blastocisto se encuentra enterrado en el endometrio uterino. El trofoblasto próximo a él forma unas vacuolas (espacios entre células) que van confluyendo hasta formar lagunas, por lo que a este período se le conoce con el nombre de fase lacunar. Por su parte el hipoblasto se va transformando en una membrana denominada membrana de Heuser, primer vestigio del saco vitelino.
A partir del décimo o undécimo día el endometrio se cierra alrededor del blastocisto y las lagunas se van rellenando de sangre que alimenta las estructuras cada vez más complejas del embrión. Comienza a desarrollarse el mesodermo extraembrionario: una capa de células situada entre la cara interna del citotrofoblasto y la cara externa del saco vitelino primitivo. Se trata de una de las tres capas germinales fundamentales de las que derivarán todos los tejidos del individuo. Por la otra cara del citotrofoblasto se produce una proliferación celular que dará lugar a las vellosidades coriónicas.
El mesodermo extraembrionario se divide en dos láminas, una externa (mesodermo somático) y otra interna (mesodermo esplácnico), que dejan en medio un espacio virtual llamado cavidad coriónica. A partir del mesodermo también se forma la lámina coriónica, parte de la cual atraviesa la cavidad coriónica formando el pedículo de fijación que posteriormente se convertirá en el cordón umbilical.
Hacia el día 14 el disco embrionario ha desarrollado el epiblasto (o suelo de la cavidad amniótica), el hipoblasto (o techo del saco vitelino), y la lámina precordal, situada en la porción cefálica del embrión.

Semana 3

Entre las semanas segunda y tercera se forman el epiblasto (A), el disco bilaminar (B), el endodermo (C) y el hipoblasto (D).
Durante la tercera semana da comienzo el proceso denominado gastrulación, que tiene por objeto la formación de las capas fundamentales del embrión (hojas germinativas o capas germinales), que constituyen el disco germinativo trilaminar:
Ectodermo: la capa más externa de células que rodea al embrión.
Mesodermo: capa de células entre ectodermo y endodermo.
Endodermo: capa de células más interna.
Sobre el epiblasto aparece durante los días decimoquinto y decimosexto una hendidura a lo largo de la línea media, denominada surco primitivo. Dicha hendidura termina en una depresión mayor en su extremo craneal, la fóvea o fosa primitiva, rodeada por un engrosamiento de epiblasto, el nódulo primitivo o nódulo de Hensen. Estas tres estructuras constituyen la línea primitiva. Ocupa la mitad caudal del embrión.
Las células del epiblasto proliferan, se aplanan, involucionan y desarrollan pseudópodos; migran hacia el surco primitivo, cayendo entre epiblasto e hipoblasto, capas que se separan progresivamente. Estas células se ven inmersas en sustancia intercelular, por la que se desplazan por movimientos ameboides hacia su localización definitiva, que determina su diferenciación ulterior.
Algunas de estas células invaden el hipoblasto, desplazando a sus células. Constituyen una nueva capa, el endodermo. Otras se depositan entre epiblasto y endodermo y forman otra capa, el mesodermo intraembrionario. Dentro de esta capa se diferenciarán posteriormente la placa precordal y el proceso notocordal. El epiblasto pasa a llamarse ectodermo. Las tres hojas embrionarias proceden, por tanto, del epiblasto.
El epiblasto y el hipoblasto se prolongan hacia los lados y en dirección caudal hasta contactar con el mesodermo extraembrionario. En dirección cefálica bordean la lamina precordal para dar lugar al área cardiogénica.
La gastrulación así producida (por invaginación) da lugar a una cavidad interna que se desarrollará a lo largo de las siguientes semanas para dar lugar al tubo digestivo, desde la boca hasta el ano.
En el eje principal del embrión aparece otra estructura fundamental: la notocorda, un delgado filamento cráneo-caudal que dará lugar al sistema nervioso central. El ectodermo situado en torno a la notocorda se engrosa y da lugar a la placa neural o neuroectodermo. Esta nueva capa se continúa hacia la línea primitiva, de modo que al finalizar esta semana los bordes laterales forman los pliegues neurales y la zona media da lugar al surco neural. Los pliegues se fusionan en la línea media formando la cresta neural y avanzan en ambas direcciones desarrollando el tubo neural. Esta estructura tubular así formada se diferencia en dos zonas: una caudal que dará lugar a la médula espinal y otra cefálica que es el origen de las vesículas cerebrales. La cresta neural dará lugar a numerosas e importantes estructuras del embrión: células de Schwann, meninges, melanocitos, médula de la glándula suprarrenal o huesos.

Semana 4


Embrión 4 semanas
A partir de la cuarta semana el embrión empieza a desarrollar los vestigios de los futuros órganos y aparatos, siendo muy sensible a cualquier noxa capaz de alterar ese desarrollo. El cambio más importante que se produce en esta última fase del primer mes de embarazo es el plegamiento del disco embrionario: la notocorda es el diámetro axial de un disco que comienza a cerrarse sobre sí mismo, dando lugar a una estructura tridimensional seudocilíndrica que empieza a adoptar la forma de un organismo vertebrado. En su interior se forman las cavidades y membranas que darán lugar a órganos huecos como los pulmones. La parte media de los bordes queda atravesada por el cordón umbilical que fija el embrión al saco vitelino.
Comienza entonces una fase de crecimiento frenético que dura otro mes más, durante la que se van esbozando todos los órganos, sistemas y aparatos del futuro organismo adulto.

Segundo mes

Embrión de seis semanas
A este mes se le conoce propiamente como periodo embrionario y se caracteriza por la formación de tejidos y órganos a partir de las hojas embrionarias -organogénesis-. Al estudio de este periodo se lo conoce como embriología especial.
Del ectodermo se derivan los órganos y estructuras más externos, como la piel y sus anejos (pelos, uñas); la parte más exterior de los sistemas digestivo y respiratorio (boca y epitelio de la cavidad nasal); las células de la cresta neural (melanocitos, sistema nervioso periférico, dientes, cartílago); y el sistema nervioso central (cerebro, médula espinal, epitelio acústico, pituitaria, retina y nervios motores).
El mesodermo se divide en varios subtipos encargados de forma diferentes estructuras:
Mesodermo cordado. Este tejido dará lugar a la notocorda, órgano transitorio cuya función más importante es la inducción de la formación del tubo neural y el establecimiento del eje antero-posterior.

Embrión de 9 semanas. A partir de este momento la estructura general está completa y pasa a denominarse feto.
Mesodermo dorsal somítico. Las células de este tejido formarán las somitas, bloques de células mesodermicas situadas a ambos lados del tubo neural que se desarollarán para dar lugar a otros tejidos como el cartílago, el músculo, el esqueleto y la dermis.
Mesodermo intermedio. Formará el aparato excretor y las gónadas.
Mesodermo latero-ventral. Dará lugar al aparato circulatorio y va a tapizar todas las cavidades del organismo y todas las membranas extraembrionarias importantes para el transporte de nutrientes.
Mesodermo precordal. Dará lugar al tejido mesenquimal de la cabeza, que formará muchos de los tejidos conectivos y la musculatura de la cara.
El endodermo dará lugar al epitelio de revestimiento de los tractos respiratorio y gastrointestinal. Es el origen de la vejiga urinaria y de las glándulas tiroides, paratiroides, hígado y páncreas.



FECUNDACION HUMANA





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La fecundación es la fusión de dos células sexuales o gametos en el curso de la reproducción sexual, dando lugar a la célula cigoto donde se encuentran reunidos los cromosomas de los dos gametos. En los animales los gametos se llaman respectiva mente espermatozoide y óvulo, y de la multiplicación celular del cigoto parte la formación de un embrión, de cuyo desarrollo deriva el individuo adulto. En plantas, hongos y protistas las modalidades de la fecundación son muy diversas, y los gametos reciben nombres distintos.

Un espermatozoide tratando de fertilizar un óvulo de mamífero
Fecundación - Fertilización: La puesta en contacto de los gametos masculino y femenino no implica que la fertilización del óvulo sea inmediata.
En las plantas con semilla, es importante no confundir la fecundación con la polinización, que es un proceso distinto, en el que los granos de polen, que se desarrollan en las dos tecas que contiene cada antera de un estambre (hoja reproductora masculina), que no son gametos sino esporas, ya que cada grano de polen contiene dos gametos o células reproductoras masculinas, son transportados a un carpelo (hoja reproductora femenina) de otra flor (polinización cruzada) o de la misma flor (autopolinización).
Contenido1 Modalidades de la fecundación
2 Fecundación en la especie humana
3 Véase también
4 Referencias
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Modalidades de la fecundación
Según los resultados de la comparación de los gametos:
Fecundación isogámica: gametos iguales, muy rara y sólo en grupos evolutivamente muy basales.
Fecundación anisogámica: gametos distintos, uno masculino y otro femenino.
Fecundación oogámica: gametos muy distintos, el femenino grande e inmóvil que aporta todas las reservas nutritivas al cigoto, el masculino pequeño y móvil.
Según los individuos participantes:
Fecundación cruzada: fecundación en la que cada gameto procede de un individuo distinto. En algún raro caso, dos individuos se fecundan mutuamente, como ocurre en los caracoles terrestres (o. Pulmonata).
Autofecundación: cuando los dos gametos proceden del mismo individuo. En las plantas angiospermas, cuyas flores suelen ser hermafroditas, es frecuente la autofecundación, casi siempre combinada con la fecundación cruzada. En algunas especies coexisten con las normales ciertas flores especiales que no se abren, produciéndose la fecundación dentro del capullo (cleistogamia).
En animales:
Fecundación externa: propia de los animales acuáticos, implica que óvulos sin fecundar y espermatozoides sean vertidos al agua, donde realizan su encuentro.
Fecundación interna: propia de animales de comunidades terrestres. Los espermatozoides pasan al cuerpo de la hembra inyectados por órganos copuladores en el curso de un acoplamiento, o bien son tomados por la hembra en forma de un espermatóforo que el macho ha liberado previamente.
En los animales, y a diferencia de lo que es frecuente en plantas, los hermafroditas, portadores de las dos clases de gónadas, nunca se autofecundan, sino que la fecundación es cruzada, como ocurre en lombrices de tierra, o cada individuo asume un sexo, como en los caracoles terrestres.

Fecundación en la especie humana
Véase también: Reacción acrosómica
El proceso de fecundación se inicia con el contacto entre los gametos, teniendo este encuentro en las trompas de falopio del aparato genital femenino. Primero el espermatozoide penetra la corona radiada del ovocito II, hasta entrar en contacto con la zona pelúcida. Esto da origen a la reacción acrosómica en la cabeza del espermatozoide, que le permite entrar a la zona pelúcida. Tanto la cola del espermatozoide, así como enzimas de la mucosa tubárica contribuyen con la hialuronidasa acrosómica para abrirle el paso al espermatozoide por la zona pelúcida.[1] Otras enzimas del acrosoma, además de la hialuronidasa, que pueden tener un papel en la penetración de la zona pelúcida incluyen ciertas esterasas, acrosinas como la arrocina y la neuroaminidasa.
Finalmente el espermatozoide logra penetrar el ovocito II, lo que iniciará su activación. Finalmente el proceso culmina con la singamia y la fusión de las membranas celulares del ovocito y el espermatozoide o pronúcleos. Una vez que el primer espermatozoide penetra a través de la zona pelúcida, ocurre una reacción que cambia las propiedades de la superficie del huevo que la torna impermeable a otros espermatozoides. Es notable la capacidad que tienen los zooides para levantar el 2do bloqueo meiotico, que imposibilitaba al ovocito II a continuar con el proceso de meiosis. Una vez que el zooide penetra la zona pelúcida y toma contacto con la membrana plasmática del ovocito II, se produce una intensificacion del metabolismo respiratorio de esta célula, se forma el segundo cuerpo polar, que es una célula más pequeña y sin material genético, producto de la conclusión del proceso meiótico.
A partir del momento de la fecundación se restablece el número cromosómico y se define el sexo del embrión, dependiendo de si el espermatozoide porta un cromosoma X o un cromosoma Y (los ovocitos sólo pueden llevar un cromosoma X).





Implantación del embrión humano


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Antes de la implantación, la capa superficial del blastocisto (trofoblasto) genera dos capas de células:
Citotrofoblasto: una capa única de células en mitosis constante, que luego genera el sincitiotrofoblasto.
Sincitiotrofoblasto: una capa celular muy abundante, encargada de erosionar el tejido endometrial. Se encontrará uniendo las vellosidades trofoblásticas (el citotrofoblasto).
Al conjunto de ambos se le denomina corion frondoso que, al principio, rodeará todo el blastocisto, pero poco a poco, permanecerá únicamente en la zona que vaya a participar en la anidación (unión al endometrio). El resto, se denominará corion liso.
Paralelo a esto, la capa interna del blastocisto, o embrioblasto, genera dos capas de células muy importantes y representativas: el epiblasto y el hipoblasto.
Al llegar al útero, el blastocito se implanta en sus dos tercios superiores, más comúnmente en la parte posterior que la anterior. Durante la implantación, el sincitiotrofoblasto erosiona el tejido endometrial, y se empieza a proyectar en forma digitiforme (en forma de dedos).
A medida que el blastocisto ingresa en el tejido endometrial, puede haber un pequeño sangrado, con lo cual la mujer puede confundir con sangrado de menstruación.
En el sincitiotrofoblasto, se forman unos espacios, en los que drena una mezcla de sangre materna y secreciones de las glándulas endometriales (glucógeno), llamadas lagunas trofoblásticas. Esto es el primordio del espacio intervelloso, que permitirá la alimentación del embrión por difusión.
Algunas anomalías que se pueden presentar son las enfermedades trofoblásticas de la gestación, como la mola hidatiforme (tipo de tumor benigno) o el coriocarcinoma de la gestación, un tumor maligno y muy agresivo.

Formación del disco bilaminar. La implantación del blastocisto durante la segunda semana, hace que se presenten cambios morfológicos en la masa celular interna que produce un disco embrionario bilaminar compuesto de dos capas: epiblasto e hipoblasto.
El disco embrionario da origen a tres capas germinativas del embrión (ectodermo, mesodermo y endodermo). Otras estructuras que también se forman son la cavidad amniótica, amnios, saco vitelino, pedículo de fijación y corión.

Implantación completa.
La implantación del blastocisto, que comienza al final de la primera semana continúa y se completa en la segunda semana. El sincitiotrofoblasto, activamente erosivo invade el estroma del endometrio (tejido conectivo) que contiene capilares y glándulas y el blastocisto se fija lentamente al endometrio. Las células del estroma alrededor del sitio de implantación se llenan de glucógenos y lípidos, y asume un aspecto poliédrico (células deciduales = nutrición embrionaria) El trofoblasto a medida que entra en contacto con el endometrio, prolifera y se diferencia en 2 capas: 1)citotrofoblasto, mitóticamente activo y forma células nuevas que migran hacia la masa creciente del sincitiotrofoblasto, y 2) sincitiotrofoblasto, que rápidamente se convierte en una masa grande, gruesa y multinucleada en la cual no se pueden ver estructuras celulares. Al conjunto de ambos se le denomina corion frondoso que, al principio, rodeará todo el blastocisto, pero poco a poco, permanecerá únicamente en la zona que vaya a participar en la anidación (unión al endometrio). El resto, se denominará corion liso. Las células que migran en el sincitiotrofoblasto se fusionan y pierden sus membranas celulares para formar un sincitio. Las mitosis se pueden ver en el citotrofoblasto, pero nunca en el sincitiotrofoblasto.







Saco amniótico
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Saco amniótico


El saco amniótico es la cubierta de dos membranas que cubre al embrión y que se forma entre el octavo y noveno día de la fecundación. La membrana interna llamada amnios contiene el líquido amniótico y el feto en su interior. La membrana exterior, llamado corion, contiene el amnios y es parte de la placenta. El saco amniótico se utiliza en oftalmología para reconstruir y tratar lesiones de la superficie ocular, tanto en la córnea como en la conjuntiva, en tratamiento de quemaduras, en cirugía reparadora y maxilofacial.
El Amnios es una fina membrana que envuelve y protege al embrion y esta lleno de fluido salino llamado liquido amniótico. El amnios permite los movimientos fetales, ofrece protección contra eventuales golpes, ya que flota en el liquido, y permite que las sustancias de desecho ingresen a la circulación materna para su excrecion.
El feto flota en el líquido amniótico y durante el embarazo dicho líquido amniótico aumenta en volumen a medida que el feto crece. Este volumen alcanza su punto máximo aproximadamente en la semana 34 de gestación, cuando llega a un promedio de 800 ml. Aproximadamente 600 ml de líquido amniótico rodean al bebé a término (a la semana 40 de la gestación). El bebé hace circular constantemente este líquido al tragarlo e inhalarlo y reemplazarlo a través de la "exhalación" y la micción.
El líquido amniótico cumple numerosas funciones para el feto, a saber:
Protege al feto de las lesiones externas al amortiguar golpes o movimientos súbitos.
Permite el movimiento libre del feto y el desarrollo musculoesquelético simétrico.
Mantiene al feto a una temperatura relativamente constante para el medio ambiente.
Permite el desarrollo apropiado de los pulmones.
El trastorno en el que se presenta una cantidad excesiva de líquido amniótico se denomina polihidramnios, que con frecuencia acompaña a los embarazos múltiples (mellizos o trillizos), anomalías congénitas o a la diabetes gestacional.
El trastorno en la que hay una disminución de cantidad de líquido amniótico se denomina oligohidramnios y puede acompañar a embarazos postérmino, ruptura de membranas, disfunción placentaria o anomalías fetales.
Las cantidades anormales de líquido amniótico pueden motivar un control adicional del embarazo.
La extracción de una muestra de líquido amniótico se denomina amniocentesis y puede proporcionar información con respecto al sexo, estado de salud y madurez del feto.
El líquido amniótico es una fuente importante de células madre que se pueden utilizar para tratamientos médicos de última generación.

VIDEO EN:

http://es.youtube.com/watch?v=UybRNI6XGxw

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